3 CONSEJOS PARA AMAR EN LA DISTANCIA
En estos momentos duros que atraviesa
nuestra sociedad venezolana, muchas personas han visto partir a miembros de su familia que van
en busca de un mejor futuro con la maleta cargada de sueños, esperanzas e
ilusiones. Sin embargo el corazón de los que aún permanecen aquí sufre. ¿Cómo
es posible sobrellevar esta situación? ¿Cómo seguir amando cuando la persona no
está? La verdad es que Vale la pena amar a alguien aun estando lejos, he aquí
tres razones para amar a pesar de la distancia.
Mantener vivo el recuerdo
Para poder seguir amando a los seres
queridos que ya no vemos debido a las distancias geográficas que no separan es necesario
mantener vivo el recuerdo, es decir hay que refrescar de vez en cuando la
memoria para que los aspectos relevantes de la persona no desaparezcan en el
tiempo. No se trata de vivir en el pasado, sino más bien de atesorar los buenos
momentos vividos, hasta que llegue el momento de tener nuevas historias que
guardar.
La mente humana es poderosa, las
canciones, los sabores e incluso lo olores que percibimos están relacionados
con nuestros recuerdos así que para recordar con cariño basta con echar de vez
en cuando una ojeada al álbum de fotografías, o a cualquier recuerdo. Lo
importante es que sepamos diferenciar el recordar con cariño al querer vivir en
el pasado.
Recordar es volver a vivir, o mejor
dicho revivir aquello que nos trajo alegría. Para seguir amando en la distancia
vale la pena recordar lo importante que es esa persona para nosotros, recordar su
forma de ser, incluso recordar esas partes de ellos que no nos gustaban para
que así no nos hagamos una idealización de la persona sino que recordemos con
claridad su particular manera de ver la vida y una vez habiendo recordado a la
persona reala, con errores y aciertos, con defectos y virtudes continuar viviendo pues de nada sirve añorar
un pasado que ya se fue. Es decir recuerda,
pero no vivas de recuerdos.
Amar a la persona en la distancia es
reconocer su importancia en nuestra vida, pero también es saber que cada uno
tiene derecho a recorrer u propio camino. Recordar con cariño es saber
sonreírle a la vida sabiendo que hay algo que jamás nos quitaran y ese algo son
las experiencias vividas, en tiempo compartido y el amor mutuo.
Para quien ama nada es imposible y
basta con recordar con cariño para darse cuenta que todo esfuerzo por el bien
del ser amado vale la pena.
Dar muestras de amor
A veces damos por entado que los
demás saben lo que sentimos por ellos, que tan solo por el hecho de haber
compartido una historia es suficiente para que el hilo del amor permanezca y no
se rompa. Ese es el gran problema de muchos padres que aman a sus hijos y están
dispuestos a dar su vida por ellos pero no son capaces de decírselos
claramente, lo dan por sobreentendido, pero no es suficiente el amor hay que
demostrarlo.
Cuando el otro está lejos entonces
esa necesidad de compartir gestos de amor son aun más necesarias, la otra
persona está en otro ambiente atravesando dificultades, problemas y sinsabores
y lo que más necesita son muestras de cariño que le inspiren a seguir adelante,
la llamada oportuna, el menaje alentador, la sonrisa, la frases esperanzadoras
son algunas de las formas en que aquel que recuerda con cariño puede hacerle
entender al otro que es amado, recodado y esperado.
Hay que dar el paso, es necesario
romper las barreras y dar esa pequeña muestra de amor, esto sí, sin necesidad
de que nos volvamos acosadores. No se trata de vigilar cada paso que dan, cada
decisión que toman, no se trata de ser su sombra ni nada por el estilo sino, de
dar muestras de cariño y amor verdadero, que el otro se sienta amado a pesar de
la distancia. Que sienta que hay alguien que se interesa por su bienestar que
se alegra con sus triunfos y se duele de sus fracasos, en definitiva es hacerle
entender que no está solo. Que aun en la distancia hay alguien que lo ama.
Amar en libertad.
Lo más importante para quien ama a
fin de cuentas es la felicidad del ser amado y más aun cuando hablamos de
familiares cercanos. Nuestro amor no pude en ningún momento cortarle la
felicidad a quienes amamos porque quien corta la felicidad del otro no le ama
simplemente es un ególatra.
Ahora bien, se trata entonces de aprender amar
en libertad es decir, amar al otro hasta el punto de dejarlo volar tan alto
como pueda, dejarlo aprender lo necesario, dejarlo vivir pero sin dejarlo de
amar. Amar y dejar crecer. Es decir, poner
la semilla del buen ejemplo de la buena voluntad, poner el abono del cariño,
del aprecio, del amor compartido y finalmente dejar que crezca tan alto como
desee.
Amar en libertad es echar a volar el
pequeño pajarillo y alegrarse cuando domina el vuelo y surca los cielos.
Amar en libertad es dejarle tomar sus
propias decisiones, orientándolo pero sin imponer nuestro criterio.
Si ya ha dejado el nido, si ya ha
partido, es el momento de dejarlo valorar e instarlo a que vuele cada vez más
alto. Es momento también de confiar en que utilizara todas las herramientas que
les hemos dado, es confiar también en Dios que nunca abandona y saber que tarde
o temprano volverá al nido, no como antes, sino siendo una nueva y mejor
versión de sí mismos.
Quien ama en libertad sabe dejar ir,
no porque no ame, sino porque sabe que el amor no se obliga, ni se encierra, ni se controla, simplemente se experimenta, se
siente, se padece, se vive. Quien ama en libertad ama la felicidad del ser
amado aun por encima de la propia. Se necesita mucho amor para retener a
alguien, pero se necesita mucho más amor para dejarlo ir, para verlo volar,
para verlo feliz.
Vale la pena amar los hermanos,
hijos o parientes que han partido, vale
la pena recordarlos, vale la pena de vez en cuando escribirles, vale la pena
todo sacrificio, porque amar siempre vale la pena aunque a veces duela un poco.
Paz y Bien
Diac Rafa