domingo, 26 de junio de 2016

4 tips Para superar situaciones adversas



4 tips
Para superar situaciones adversas

No todo lo que nos pasa responde a nuestros planes, a nuestros deseos o aspiraciones, siempre nos vamos  a encontrar con realidades imprevistas que mas allá de nuestro alcance, de nuestro control, las enfermedades, los accidentes e incluso la muerte llegan a nuestra vidas sin invitación e irrumpen abruptamente en nuestra realidad, trastocando nuestros planes y dando al traste con nuestros sueños. ¿Cómo afrontar estas situaciones? ¿Cómo sobre ponernos a ellas? bueno acá les dejo algunas notas prácticas:
1
        Ten calma

Conservar la calma en los momentos adversos nos ayuda  pensar mejor, a ver las cosas con claridad y a establecer rutas que nos sirvan para salir de dicha situación, para ello es necesario que hagamos el mayor esfuerzo para  lograr la quietud en esos momentos en que todo tiende a desestabilizarse. Es cuestión de hacer una valoración rápida del escenario que se abre para nosotros y buscar la mejor salida. Lo esencial es mantenerse quieto aunque a nuestro alrededor todo se esté desmoronando. Es común en los simulacros de incendios que los bomberos le indiquen a las personas que mantengan la calma, es que si en un imprevisto de estos uno opta por salir corriendo sin ver hacia dónde vas eso pueda provocar que te pierdas a un mas, que te coloques en un riesgo mucho mayor o que produzcas una estampida haciendo que todos a tu alrededor también huyan despavoridos. Respira, piensa antes de actuar y mantén la calma. A Jesús cierto día le llevaron una mujer sorprendida en adulterio, y todos querían que el diera un juicio sobre lo que se debía hacer con aquella pecadora, él en cambio, se agachó y se puso a escribir en el suelo ante la situación inesperada que llego a él, Jesús responde con una dosis de calma, se agacha  y escribe, es decir, espera, piensa medita antes de actuar, y eso es esencial en nuestra vida, no todo será como piensas, pero cuando llegues es necesario que pienses antes de actuar y para ello necesitas calma.
2

Asume la responsabilidad


Muchas veces me he preguntado que hubiese sido de la humanidad si aquella tarde cuando Dios le pregunto a Adán porque había pecado él hubiese asumido la responsabilidad de lo que había hecho en vez de culpar a Eva, o si ella hubiese asumido su culpa en vez de culpar a la serpiente. Lo más seguro es que nunca lo sepa con certeza pero estoy casi seguro que todo hubiese sido distinto. Para afrontar situaciones adversas hay que tomar el control de las situaciones y para ello es necesario que asumamos la total responsabilidad de lo que ocurre. No se trata de que todo sea culpa nuestra,  se trata de que nada se resuelve pasando de mano en mano y de persona en persona la responsabilidades. Alguien tiene que asumirlo y ese alguien tienes que ser tú. Si alguien de tu familia enferma no resolvemos nada diciendo: fue culpa de este o de aquel otro; se resuelve en el momento que decides cargar con la responsabilidad y dices: yo lo llevo al médico. Es más provechoso asumir la responsabilidad que buscar culpables, es más santo asumir que inculpar, cuando Jesús estaba en el huerto de Getsemaní y llegan para llevárselo preso él les pregunta: ¿a quién buscan? Y ellos le responden: a Jesús de Nazaret y Jesús responde Soy yo más adelante cuando le vuelven a preguntar dice nuevamente: les he dicho que soy yo si me buscan a mí dejen que estos (los apóstoles) se vayan. Qué hermoso que Jesús sepa asumir la responsabilidad. El cargaría con el pecado del mundo, un pecado que el obviamente no cometió, pero con amor, con determinación e incluso con alegría él asume la total responsabilidad de nuestros actos y gracias a eso somos salvos.  Sobre nuestros hombros no recae un peso tan grande pero resulta obvio que tarde o temprano llegara una situación que te lleve a la decisión de asumir o culpar y cuando llegue ese momento asumiendo la total responsabilidad debes decir: soy yo
3
        

         Perdona


El asumir las responsabilidades nos va a llevar a la solución del problema o nos pondrá en la ruta que nos lleva a esa solución, pero al llegar a este momento es posible que  venga a nosotros ese deseo de soltar sobre los demás la frustraciones propias que se generaron al asumir la responsabilidad, es decir que el estrés acumulado por cargar con la situación adversa puede ir mermando nuestra determinación y es posible que llegando el momento explotemos dejando un gran cráter emocional en los que nos rodean. No se asume la responsabilidad para luego sacárselo a los demás en cara, eso nada tiene de extraordinario. Es necesario que perdones a las personas que de alguna manera te llevaron a esa situación. El perdón es la única vía que nos permite seguir adelante, si ayudamos solo para vanagloriarnos diciendo que si no fuese por nosotros nada se hubiese hecho y no perdonamos a los demás entonces poco o nada hemos hecho. Supongamos que la situación que se nos presenta es de carácter afectivo: una ruptura de una relación de parejas en la que hay un niño de por medio, y uno de los dos en vista de que el otro no asume la responsabilidad de la crianza del niño tiene que asumir la total responsabilidad de esa crianza, este sacrificio se vuelve sal y agua si cada vez que se encuentra con el otro no deja de sacarle encara todos sus errores. Si te toca asumir la responsabilidad asúmela, pero no lo saques en cara, asúmelo y perdona, el perdón te dará paz, el perdón hará brillar delante de los ojos de Dios el esfuerzo que haces. Jesús una vez clavado en la cruz, coronado de espinas, después de haber recibido salivazos e inultos, después de ser abandonado por sus amigos, negado por Pedro y vendido por Judas, levanta la voz y dice: padre perdónalos, porque no saben lo que hacen que amor tan grande poseía el corazón de Jesús que es capaz de asumir un pecado que no es suyo y encima de eso perdonar y justificar a sus verdugos. Eso sí que es sobreponerse, eso sí que es santidad. Y tú y yo estamos llamados a imitarle. No importa el tamaño de la cruz que te tocó llevar, no le eches en cara a los demás el sacrificio que haces. Simplemente déjalo en las manos de Dios y di: Padre perdónalos.
4


Sé el héroe de tu historia


El último paso que debemos dar en nuestra búsqueda de la superación de las situaciones adversas es el de cambiar nuestra actitud derrotista, de cambiar ese sentimiento de ser la víctima y convertirnos en los héroes, en la conocida serie televisiva de los 70´s, siempre había una mujer que en medio de las dificultades decía oh y ahora ¿Quién podrá defenderme? Y el singular héroe salía a escena con su característico traje rojo y sus antenas de vinil. Es necesario que cambiemos nuestra visión. Tú no eres la victima de tu historia, sino el héroe, eres tu quien debe acudir al llamado de los que se encuentran en problemas y no aquel que se sienta a esperar que alguien lo ayude. Sé el héroe, es decir asume la configuración mental del que está para servir y no para que le sirvan, del que está para ayudar y no para que le ayuden. No te lamentes por las cosas que pasas; más bien sal al encuentro de aquellos que se lamentan y ayúdalos. Cuando nosotros logramos salir de nuestro propio egoísmo somos capaces de obrar milagros a nuestro alrededor. No te quedes en el suelo llorando eternamente por lo que te toco vivir, levántate y date cuenta que hay muchas personas sufriendo realidades mucho peores que necesitan de tu ayuda, de tus manos, de tu compañía; no olvides que como Cristiano eres el continuador de la obra de Cristo. Estando Jesús en la cena de pascua con sus discípulos se puso a lavarles los pies, Pedro no entiende el gesto del maestro y se opone a que se los lave a él, Jesús mirándolo con ternura le dice: si no dejas que te lave los pie no tendrás parte conmigo y de inmediato cambia de opinión y deja que Jesús le lave los pies, al final les dice: si yo que soy el Señor les he la vado los pies, ustedes hagan esto los unos a los otros. Sé el héroe, sé el que se abaja a sí mismo para ayudar a otros, si llega el momento de la necesidad, si llega el momento de la adversidad no tomes el papel de víctima, asume el rol de héroe y veras que al final saldrás victorioso porque el buen Dios derramara sobre ti su espíritu para que puedas vencer.