SERPIENTES
Cuenta una historia que un hombre que
caminaba a través de un barranco por la
que corría un pequeño riachuelo, se topo con una enorme serpiente cascabel que se había acercado a un pequeño
poso para cazar una deliciosa rana que croaba contenta en la orilla. Ambos se
detuvieron al instante al contemplarse el uno al otro, había algo en común en
cada uno de ellos “si alguno se sentía verdaderamente
amenazado y tenía una oportunidad por
pequeña que esta fuera mataría al otro sin pensarlo”.
La
serpiente estaba dotada de instinto y tenía un veneno mortal capaz de matar a
un hombre grande en pocos minutos, mientras que el hombre tenía un cerebro
grande dotado de inteligencia capaz de buscar soluciones e inventar
herramientas que le ayudaran.
El
hombre aguzo la vista buscando entre su entorno un objeto que le sirviera para
defenderse de aquel esplendido animal; mientras que con su lengua viperina la
serpiente buscaba en el aire el menor indicio de alarma o miedo que pudiera
usar a su favor. Luego de unos instantes
de estudiar estrategias ambos decidieron seguir por su camino sin agredirse. No
había sido necesario el enfrentamiento directo; por ahora el veneno de la
serpiente se mantendría en sus grandes colmillos.
Cuando
el hombre vio que la serpiente se retiraba se lanzo a la carrera para dejarla
atrás lo más pronto posible, y atravesó el trecho que aun le faltaba para
llegar a su casa en un santiamén. Cuando llego a su casa las piernas le
temblaban no tanto por la carrera sino por el miedo terrible que aquella
situación le había provocado. Sabía que había estado al borde de la muerte pero
por ahora se había salvado.
En la vida siempre nos topamos con
personas que son como las serpientes, y que están dispuestas a llenarnos de su
veneno, no porque sean malas personas sino porque es quizás su razón de ser en
la vida o porque no saben hacer otra cosa, lo cierto es que ese tipo de
personas existe y están muy cerca de nosotros.
Lo primero debemos saber es
identificarlas puesto que así sabremos a que enfrentarnos, no se trata de hacer
una cacería de brujas sino de saber analizar nuestro entorno en busca de
indicios que digan que hay una amenaza cerca. El principio es importante saber
si quien se te acerca te anima a ser mejor o por el contrario hace que todo
pierda sentido, o si es permisivo contigo hasta el punto de dejarte hacer todo
lo que quieras aun a sabiendas de que eso no te conviene en absoluto, si te
niega la felicidad solo para verte sufrir.
En segundo lugar hay que saber que lo más
importante en esta vida es la felicidad, no solo llegar a ser felices nosotros,
sino hacer que quien se acerca a nosotros sea cada vez más feliz. Si todo el
que se te acerca se va lleno de ganas de seguir luchando, entonces no hay nada
de qué preocuparse; pero en cambio si quienes te rodean se sienten deprimidos o
tristes por tus comentarios opiniones o por tu mal testimonio entonces
preocúpate pues la serpiente eres tú.
En tercer lugar tienes que saber que te
están estudiando a cada paso que das, que están buscando un falla en tu sistema
de defensa por el cual atacarte, siempre buscaran de herirte en el momento
menos esperado; por eso tienes que estar atento y no permitir que el enemigo
tenga muchas oportunidades, debes tratar de hacerle cada vez más difícil luchar
contra ti, por lo tanto conócete, conoce tus capacidades y tus puntos débiles,
analiza hasta donde llegan tus fuerzas, y preparare día con día para ser mas
fuerte no para pelear sino para triunfar. Quien se prepara para pelear, pelea y
cuando lo hace gana o pierde, quien se prepara para triunfar triunfa aunque
caiga muchas veces.
Por ultimo saber que no se trata de vivir
pensando en el que dirán, sino en vivir haciendo el bien, y alejarse de aquello
que nos lleva a lo que no es tan bueno, tampoco se trata de juzgar a nuestros
semejantes sino de tener la capacidad de discernir quienes de cuantos nos
rodean nos ayudan a crecer y quienes nos
hacen caer al precipicio.
Estamos rodeados de serpientes ponzoñosas
que quieren herir de muerte nuestros sueños y aspiraciones, la solución no es
aniquilarlas sino saber alejarnos oportunamente, el tiempo suficiente como para
prepararnos para saber sortear todos sus ataques; y convertirnos no en una
presa más, sino en domadores de serpientes.
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