CRECER EN LA CONVIVENCIA
Vivir en comunidad no es fácil, se
necesita mucho amor y coraje para afrontar día tras día los retos que la
convivencia nos va marcando. En las películas cuando la pareja llega por fin al
matrimonio aparece la frase “y vivieron felices por siempre” pero en la
realidad alcanzar esa felicidad no es tan sencillo como parece pues convivir no
es fácil. En la convivencia uno va descubriendo realmente como es el otro y
aunque una vida no es suficiente para llegar a conocerlo completamente la convivencia
permite que uno se dé cuenta gradualmente de que el otro no es tan perfecto
como nosotros pensamos, que la vida no es tan color de rosa sino que a veces se
torna gris y en ocasiones hasta negra (realmente experimentamos toda la gama de
colores del arcoíris) ¿Cómo mejorar la convivencia? ¿Cómo lograr ir creciendo
de a poco en el amor? Aquí te presento tres pasos que te ayudaran a crecer en
la convivencia.
COMPRENDER
Para convivir es necesario que
ampliemos nuestra mirada. No somos el centro del universo y no todo gira a
nuestro alrededor, la otra o las otras personas que coexisten con nosotros son
seres complejos que tienen sobre sí el peso de su propia vida, de sus
experiencias, de sus errores y aciertos, de su pasado y de su presente. En la
mayoría de los casos estas historias personales, ese cúmulo de experiencias
vividas hace que reaccionen de una o de otra forma. Dependiendo el tamaño de la
herida que tenga así será la reacción que presente cuando se enfrente a
situaciones similares. Si alguien fue engañado le costara confiar, si fue
herido lo pensara dos veces antes de abrir su corazón. Comprender se trata
entonces en primera instancia de ser tolerantes. ¿Por qué él/ella es así? Es así
por lo que ha tenido que vivir y hasta que no tenga una experiencia nueva y
significativa que lo motive a tener un cambio radical en su vida seguirá siendo
así, mientras le ayudas a superarse a si mismo debes ser tolerante y tratar de
entenderlo tratar de comprenderlo y eso no es un proceso sencillo pues se
requiere otro ingrediente esencial de cual debes armarte ya: la Paciencia. Es
necesario que seas paciente pues un mal habito adquirido y practicado por años
no se va a ir en unos días y para convivir es necesario entenderlo. Los otros y
tú no ven la vida del mismo modo pero si se toleran y son pacientes los unos
con los otros lograran crecer en la
convivencia. Compréndelos, o trata de comprenderlos ese sin duda es el primer
paso para crecer en la convivencia.
ACEPTA SUS DIFERENCIAS
Dice la ley física que los polos
opuestos de atraen, y en la vida cotidiana esto se da a menudo, la mayoría de
las parejas esta formadas por personas completamente distintas y esto es bueno
pues uno busca en el otro aquello que uno no es y el hecho de que el otro sea
distinto a uno pero con intereses comunes enriquece la relación, el problema se
presenta cuando después de la convivencia estas diferencias crecen de manera
desmedida. No se trata de que uno no sepa que la otra persona es diferente sino
que uno a veces quiere obligarlo por la fuerza a que sea como uno desea y no
como realmente es y es ahí donde se ve afectada la convivencia. Cada persona es
única en su forma de ser y así debemos entenderlo. Supongamos que tú eres un
romántico empedernido de esos que disfrutan de las rosas, las serenatas y los
poemas, pero el otro es una persona más bien práctica que prefiere la utilidad
y la ganancia antes que el romanticismo ¿Cómo hacer para superar esta
diferencia tan grande? Sencillo acéptense. Cada uno tiene su forma de amar y su
forma de expresar el amor, acepta el amor que se te da mientras le haces
comprender al otro que hay maneras distintas de expresar el amor. Acepta que el
otro es distinto y que siendo diferente a ti quiere adornar tu existencia con otra
forma de experimentar la vida. Acepta al otro con sus defectos y virtudes y con
tu amor ayúdalo a superar sus defectos y a crecer en las virtudes y así tu
convivencia mejorara. No te molestes porque no sea como tú, porque no avance al
mismo ritmo que tu, porque no sea fanático de tu mismo equipo, el otro no es tu
clon es tu compañero y el hecho de que sea distinto es algo que debes aceptar
así que no te molestes sino disfruta de su presencia, de su otra forma de ver
la vida, y poco a poco irán limando esas diferencia y no solo mejorara la
convivencia sino que crecerán en el amor.
PERDONAR
Hemos descubierto que nadie es
perfecto, que aunque nos ame y convivimos juntos cada uno tiene sus propias
debilidades, sus propios errores y sus defectos y en ocasiones estas fallas queriendo
o sin querer afectan la convivencia. Los heridos hieren, no por malos, sino
porque reaccionan movidos por su dolor; y estas reacciones nos dañan y el dolor dificulta la convivencia. Hemos
tratado de comprender, hemos luchado por
aceptar las diferencias pero ¿Qué hacemos con las heridas que hemos recibido? ¿Cómo
las sanamos? Pues la respuesta es sencilla: perdona. El perdón es un camino
hacia la mejora de la convivencia. Pues al perdonar cerramos ciclos que deben ser
cerrados, por lo tanto perdona pero no uses esa experiencia como arma. Hay quienes
dicen haber perdonado y permiten que el rencor crezca solapado en sus
corazones, perdonaron con los labios pero muy en lo profundo la herida sigue
sangrando y tan pronto se presenta la ocasión le echan en cara al otro esos
errores que supuestamente se habían perdonado lo que los devuelve al punto de
inicio, no se avanzo nada y se hizo más grande la herida. El perdón viene de
Dios, y de él debemos aprender el arte de perdonar. Dios ha amado al hombre aun
antes de crearlo y el hombre siempre se aleja de él, hace lo que le desagrada y
termina perdido, herido y maltratado y es ahí cuando decide volver a Dios y
cuando lo hace Dios le perdona y aunque sabe todo lo malo que ha hecho deja ese
pasado atrás y no lleva cuanta de eso de modo que el creyente pude empezar de
cero. Perdonar es dejar en el pasado lo que ocurrió en el pasado, no se trata
de olvidar, sino más bien de no conservar rencor por la falla sino ayudarse a
intentar mejorar. El deber del que perdona es no utilizar el pasado como arma y
el deber del perdonado es no volver al mismo error pues eso sería traicionar la
confianza que se le ha dado. En todo caso perdonar sana las relaciones, mejora
la convivencia. Y como todos somos humanos se que no solo el otro ha fallado tú
también lo has hecho de ahí que conviene recordar las palabras de Jesús: ve en
paz y no peques más.
Espero que esta reflexión te ayude a crecer
en la convivencia
gracias por leer mi blog
Dios te bendiga
Paz y bien
Diacono Rafael Marín