AGRADECER
La
vida brilla o no dependiendo del cristal con que se mire. Jesús dijo: quien
busca encuentra, de modo que si te dedicas a buscar razones para amargarte la
vida las encontraras pero; si en cambio te dedicas a buscar razones para ser
feliz también la encontraras; es cuestión de ser optimistas y mirar con ojos de
fe lo que nos ocurre, así podremos vislumbrar salidas, y encontrar soluciones. Una de las formas de ser optimistas y crecer en
la fe es aprender a agradecer. Sí, hay saber dar gracias, pues quien da gracias
reconoce que a pesar de las carencias hay cosas buenas, que aunque esperamos
cosas mejores tenemos cosas buenas. Dar gracias es abrirnos a la posibilidad de
multiplicar las bendiciones en nuestras vida.
AGRADECE LA VIDA
Morir
es tan fácil, cada día miles de personas mueren, por enfermedades, por hambre,
por la delincuencia, por los accidentes, por la vejez etc. La muerte es parte
de la vida, una parte de la que quizás no nos gusta hablar pero que tarde o
temprano toca las puertas de nuestra realidad. Todo hombre puede morir y morirá.
Pero ahora estas vivos. Si puedes leer, si puedes sonreír, si puedes llorar, si
puedes luchar para levantarte entonces estás vivo y esa vida que palpita en tu
interior es una bendición por la que debes dar gracias. Es obvio que no tienes
todo lo que quieres, pero estás vivo y así puedes seguir luchando por aquello
que deseas. Agradece por la vida antes que la vida se te acabe. Se te dio de
gratis, sin pedirla, sin buscarla pero se te dio así que no seas malagradecido
mira al cielo y di: Gracias Dios por mi
vida, gracias vida por revelarme a Dios.
AGRADECE
POR LOS
ALIMENTOS
El
hambre nos recuerda que estamos vivos. Pero también nos recuerda nuestra
fragilidad, nuestro carácter efímero. En medio de las situaciones que nos toca
vivir hemos de darnos cuenta que cada bocado que consumimos, que cada trozo de
pan que llega a nuestra mesa es un motivo grande de alegría. Comer no es solo
el acto de masticar y tragar, es un encuentro con la providencia Divina. La mayoría
de nosotros no sembramos, ni cultivamos, ni cosechamos ni procesamos la comida
que consumimos y sin embargo ahí está como una prueba del amor de Dios y de lo
noble de la tierra. Tras cada bocado hay una lista inmensa de personas que
trabajan por el pan que llega a tu mesa. Comer es una bendición que nos acerca
a nuestra familia, que nos da fuerzas emocionales y físicas para continuar,
comer en familia une los lazos, estrecha los vínculos y nos permite crecer. Sea
poco o mucho lo que llega a tu mesa, sea tu plato favorito o ese que no te
gusta mucho. Sea la creación de un chef o la comida de mama… si tienes algo
para comer da gracias pues eso te mantiene vivo, agradecer los alimentos es
agradecer la vida. Agradece lo que puedes comer hoy antes que ya nunca más te
de hambre.
AGRADECE EN LA ENFERMEDAD
Qué
duro es dar gracias en los momentos difíciles. Hace unos años cuando sufrí de
apendicitis pude darme cuenta el valor de la enfermedad, no por la enfermedad
en si misma sino por lo que ella me llevó a descubrir. Estaba en el hospital con
mi cuerpo hecho un ovillo por el dolor, y ahí a mí alrededor estaban mis seres
queridos más cercanos, el dolor seguía ahí taladrándome pero verlos ahí me decía
que tenía que luchar y ganar esa batalla. Luego llegaron médicos y enfermeras,
un bio-analísta chequeo mi sangre y un ecografista miró dentro de mí y así
siguieron llegando especialistas hasta que tras una operación quirúrgica sacaron
mi apéndice que amenazaba explotar. Al día siguiente desde muy temprano
empezaron a llegar a mi cuarto amigos, familiares y compañeros de trabajo. La herida
me dolía pero el corazón lo tenía henchido de alegría. Aquella enfermedad
repentina que pudo quitarme la vida se había convertido en una oportunidad para
ver lo grande del amor de quienes me rodean y lo importante que es la labor de
aquellos que trabajan en medicina desde
el que asea hasta el que opera. Doy gracias a Dios por la enfermedad que me permitió
saberme amado, protegido y resguardado. Aprender a agradecer en la enfermedad, es
saber que a pesar de las nubes el sol sigue brillando.
AGRADECE EL TRAGO AMARGO
No
todos los momentos de la vida son dulces. Hay momentos amargos fuertes y
dolorosos. No todo es color de rosa, hay tonos grises, escarlata y negros. Job es
uno de los mas grandes ejemplos pues él después de perderlo todo dice: Si aceptamos
de Dios los bienes ¿por qué no hemos de aceptar los males? El Señor me lo dio,
el señor me lo quitó, Bendito sea el nombre de Dios. Y nos enseña el valor de agradecer cuando todo sale mal. Agradecer el
trago amargo es reconocer que en la vida hay alegrías y dolores; que las alegrías
nos motivan y que el dolor nos enseña. Sin cruz no hay resurrección, en la vida
de fe es necesario pasar por el fuego para purificarnos y esos tragos amargos
son la dosis de medicina que nos hace asentar los pies sobre la tierra y darnos
cuenta que el sufrimiento es real y que muchas personas están sufriendo a
menudo. Si te ha tocado vivir una situación amarga agradece esa oportunidad que
se te da para crecer, para avanzar, para vivir. Si algo aprendí de niño es que
por más dolorosa que sea la inyección al final la salud mejora y el dolor vale
la pena. Agradece aun cuando el trago sea amargo y veras que al final la luz brilla,
pues aun la piedra que sellaba la tumba fue removida. Solo quien ha probado lo amargo sabe apreciar lo dulce.
En
definitiva Agradecer nos hace mejores personas
Así
que GRACIAS por leer mi blog
QUE
EL BUEN DIOS TE BENDIGA
PAZ
Y BIEN
DIÁCONO
RAFAEL MARÍN
Excelente reflexión hermano! Dios continúe bendiciéndolo y alentándolo,de manera que continúe fluyendo la sabiduría de Dios a través las palabras de su servidor. Gracias por compartirlas con nosotros.
ResponderEliminaramen. gabriel. Gracias a tui por leerlas. Dios te bendiga.paz y bien
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