La fe es un don divino. Un regalo
con el que todos nacemos y que nos permite acercarnos a Dios quien es nuestro
origen y nuestra meta. La fe es como una semilla que Dios mismo puso en
nuestros corazones. Y esa semilla debe ser plantada, regada, abonada y cuidada
para que pueda crecer y dar frutos abundantes. No basta haber recibido la fe,
es necesario trabajar para que esta crezca y se desarrolle perfeccionándose
cada vez más. Para ello es necesario la ayuda y el acompañamiento de Dios. Como
los apóstoles hemos de decir: Señor aumente nuestra fe. AQUÍ LES DEJO
TRES IDEAS PARA HECER CRECER NUESTRA FE
Nuestra fe no debe ser solo una
bandera en contra de los protestantes, tampoco debe ser un afiche o una
etiqueta que colgamos en las puertas de nuestras casas o en nuestros autos. No.
La fe no es un accesorio que usamos o nos quitamos dependiendo de la ocasión.
La fe es vida y debe vivirse. Dios quiere Que vivamos aquello que decimos
creer. Es decir, la fe no es algo que se hace de vez en cuando sino más bien es
la vida misma que nosotros vivimos. No se trata solo de creer en Dios se trata
más bien de vivir según el querer de Dios. Muchos católicos dicen tener fe en Dios,
pero esto no es más que un cúmulo de conocimientos intelectuales o filosóficos
que no se asientan en su diario vivir. Si decimos creer en Cristo debemos
comportarnos tal como Cristo de lo contrario nuestra fe estará vacía. Si
decimos creer que Dios es amor pero cuando tratamos a los amigos, hermanos,
vecinos los tratamos mal, los juzgamos, le guardamos rencor, los odiamos o
sencillamente somos indiferentes con ellos entonces nuestra fe no es real es
simplemente una fe vacía que se queda solo en las palabras. Y ser cristiano
católico es dar el salto en la fe de las simples palabras al acto, del simple
conocimiento a la vivencia. Tener fe cristiana es vivir como cristiano sino no
tiene sentido decir que se tiene fe. Una fe vivida de espaldas a Dios es una fe
vacía, una fe sin obras es una fe muerta. Para crecer en la fe es necesario
vivir la fe, no como algo externo sino más bien como una verdad que nace de
nuestro interior y se manifiesta en gestos concretos. Vive lo que crees y tu fe
crecerá. No seas solo palabras, transforma las palabras en gestos que hagan
vivir, se cariñoso, amable, se gentil, se cortés, se cómo Jesús y tu fe crecerá
como un árbol plantado junto al rio que dará su frutos a su tiempo.
TRASMÍTELA
La fe es como una llama, es el
fuego mismo que mientras más se comparte más grande se hace. A veces por miedo,
por comodidad, perdemos de vista el verdadero sentido de nuestra
responsabilidad con respecto a la fe no se trata de esconderla debajo de
nuestra cama, debajo de nuestros perjuicios, de nuestra apatía; sino más bien
ponerla en alto de modo que ilumine a todos. La fe debe transmitirse. Cada uno
de nosotros puede decir que tiene fe porque alguien le transmitió esa fe. Es
deber de todo el que cree que a través de su comportamiento, a través de lo que
dice y de lo que hace comparta la fe que lleva dentro, de modo que esta fe
vivida sirva de ejemplo a otros. Los padres deben transmitirle la fe a sus
hijos, pero no como una carga sino como un don. Muchas veces a los niños se les
manda a la iglesia, se les manda a catecismo, se les manda porque sus padre no
vienen con ellos, sino que más bien se quedan en casa y los niños no reciben de
ellos el ejemplo de la fe, los mandan a buscar un sacramento en el cual no
creen porque si creyeran entonces no los mandaran sino que vendrían con ellos y
los niños tendrían un modelo en casa que les estimulara con su ejemplo a vivir
la fe. La fe debe transmitirse pues sino queda infecunda. La mejor forma de
transmitir la fe es el testimonio. No se debe obligar a nadie. Pero a
todos se le debe mostrar la fe mediante nuestras obras. Volviendo al tema de
los niños debemos entender que los pequeños no aprenden de lo que se les dice,
ellos aprenden de lo que ven. Si el niño ve buen ejemplo hará cosas buenas, si
el niño ve malos ejemplos también los imitara. Transmitir la fe sin miedo ese
es nuestro deber. Tu sonrisa, tu buen humor, tu confianza puesta en el señor,
tu honestidad; esas son algunas de las formas de transmitir esa fe. Si hubiese
más católicos comprometidos con la trasmisión de la fe No hubiese tantos problemas,
pues la fe hace presente a Dios en todos los aspectos. En tu trabajo debes
transmitir la fe. En tu familia debes transmitir la fe. En tu barrio, en el
bus, en la cola, en todo lugar que pises la luz de tu fe debe brillar de manera
de que cada rincón del mundo sea iluminado por la presencia de Dios. Tienes,
tengo, tenemos que ser misioneros de la fe, no solo con palabras sino con actos
que dejen ver claramente a través de nosotros el Dios en quien creemos.
Transmitir la fe nos hace crecer en la fe. No te quedes callado.
CELÉBRALA
La fe que recibimos necesita
nutrirse de lo contrario se seca. La fe católica, es la fe en los sacramentos,
para nosotros la fe se hace más fuerte en la medida en la que nos acercamos a
los sacramentos pues en ello se nos transmite la vida de Dios. Los sacramentos
hacen madurar nuestra fe pues nos acompañan desde la cuna hasta la tumba. Para
crecer en la fe hay que celebrarla fe. Es decir hay que vivir sacramentalmente.
El bautismo abre las puertas, la confesión sana las heridas del pecado, la
confirmación nos fortalece con la gracia del espíritu. La comunión nos hace
fuertes en cuerpo y espíritus, el matrimonio genera vida en el mundo, el
sacerdocio cura las almas y trae del cielo la gracia divina. Y la santa unción
prepara nuestro cuerpo y nuestra alma para el encuentro definitivo con Jesús
origen y fuente del amor. Los sacramentos no son solo para hacerlos. Son
para celebrarlos, con ellos nos unimos a la iglesia celestial a la purgante y a
la militante, con ellos, crecemos en dones y en fortaleza, no es solo asistir
se necesita vivir y experimentar el gozo de saber que tras cada sacramentos
late la vida de la gracia. Dios mismo es quien se acerca, y quien se da, el
mismo es quien atrae convoca y celebra. Es el quien quiere encontrarse contigo
y salvarte. La fe se celebra, cada domingo cada misa, cada acto litúrgico,
nuestra vida de ir compaginada a esta continua celebración de la fe. Quien no
participa de la eucaristía poco a poco va perdiendo la vida de gracia y su fe
se va apagando, se seca y muere. Si quieres crecer en la fe, debes ir a misa,
debes cumplir los sacramentos y si es que tienes una condición que te impide
recibirlos. Pide la gracia de Dios para que sea el quien te de la fuerza y el
valor para superar todo obstáculo. Celebra la fe y esta se hará más fuerte cada
día.
La fe es la claridad que te
permite ver los milagros de Dios.
Para ver sus milagros, para
obtener su intervención el requisito es la fe.
Él puede abrir el mar en dos
Él puede sanara tus heridas
Él puede poner pan en tu mesa y
paz en tu corazón
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