viernes, 15 de julio de 2016

PARA NO DARSE POR VENCIDOS




PARA NO DARSE POR VENCIDOS



Darse por vencido es fácil, tan sencillo que ciento de personas renuncian a sus sueños a diario. Dejar de luchar no cuesta nada, simplemente basta con dejarse arropar por los problemas. Lo que realmente es valioso es seguir andando cuando los demás te abandonan, seguir caminado cuando las espinas del camino se te clavan en los pies, no basta con tener sueños, hasta los tontos los tienen; lo que realmente urge es luchar por hacer de nuestros sueños una realidad.

He aquí tres ideas para no darse por vencidos

1
Decídete

Para no renunciar a mitad de camino lo primero que debes hacer es estar claro con lo que quieres con lo que deseas, con la ruta que quieres tomar. Este es el momento del discernimiento, debes saber cuáles son tus capacidades, tus actitudes, tus potencialidades, tu defectos, tus limitaciones y tus deficiencias antes de iniciar. A veces fracasamos porque insistimos en sueños que están más allá de nuestras capacidades y cuando la  adversidad nos golpea y nos damos cuenta de que no podemos, entonces huimos y dejamos todo a la mitad. Antes de iniciar algo tienes que estar seguro de tui mismo, de la decisión que tomas pues de no ser así lo único que habrás logrado es perder el tiempo. Tomar una decisión no es fácil pues debes analizarte a ti mismo con ojo clínico y saber de veras cuál es tu motivación central para que ella sea la que te guie en el arduo camino a la gloria. No decidas por decidir, decide porque tienes una verdadera razón por la cual luchar. Evita ir saltando de un sueño a otra, de una cosa a otra, toma un camino y recórrelo hasta el final, y si no estás seguro de que ese sea el correcto date un tiempo más para pensar. No elijas a la ligera, piensa, reflexiona y cuando estés seguro decídete. Pero no te quedes mirando atrás. Una vez has decidido lánzate sin más tras tus sueños. Cuando Jesús bajo del monte tabor marcho con la clara intención de ir a Jerusalén para morir en la cruz. Y nada ni nadie logro apartarlo de aquella decisión. Cuando decidas algo ve y hazlo.
2
Levántate


Los errores, las caídas, las fallas y los obstáculos son parte del camino. Ningún ser humano esta exento de esta realidad. Del mismo modo que te caíste aprendiendo a andar en bici, así mismo para alcanzar tus metas tendrás que probar el amargo sabor de la caída del revés, no todo es color de rosa, hay tonos grises oscuros y también negros intensos. Para los seres humanos el error es parte de su esencia tarde o temprano chafeamos. Debemos estar preparados para el error, si bien mucha veces no podemos evitarlo, podemos reducir su posibilidad al mínimo. Aun así siempre estará ahí latente la posibilidad a la caída eso es en esencia algo humano. Lo que de verdad cuesta es sobreponerse al error, a la caída, al fallo y seguir andando. Aunque errar es de humanos levantarse nos hace excepcionales.  Por ejemplo Miguel Induráin ganador del tour de Francia seguramente se cayó varias veces cuando aprendía a montar bici, pero sobreponiéndose a esas caídas, se volvió una figura mundial del ciclismo. Caer te recuerda que eres humano, levantarse te recuerda que naciste para triunfar. Cuando se ha caído ya no hay mas donde seguir cayendo no queda otra opción que levantarse. Y en el camino a la construcción de tus sueños estarán estas caídas unas más dolorosas, otras más estrepitosas, unas causadas por nuestras manos, otras por factores externos pero quiera o no serán parte de el camino, por ellos debes estar preparado para levantarte, eso hará de ti un vencedor.



3
Escucha la voz de tu corazón


Como hemos dicho par renunciar no hace falta ningún esfuerzo basta con dejar de luchar, pero para ganar, para ello si necesitas temple de acero. Una de las grandes razones por las que abandonamos nuestros sueños se debe al ruido que encontramos en el camino. Mientras calladamente en tu corazón late incesantemente el deseo de alcanzar la meta que te has propuesto hay muchas voces que a tu alrededor te gritan que no podrás, que es imposible, que es una pérdida de tiempo y muchas veces dejamos que esas voces nos hagan cambiar de decisión y dejemos a medias nuestros sueños. Hace años cuando tenía 17 decidí que quería aprender a tocar cuatro, cuando les comente esto a mis amigos del liceo, se rieron de mi, fui entonces a buscar apoyo en mi mama y esta mirándome con un profundo afecto materno me dijo: mijo loro viejo no aprende a hablar. Ante esto me dirigí a mi papa el cual mirándome como el administrador astuto que era, me explicó las mil y una limitantes que había para comprar el cuatro, que era muy costoso, en fin que aunque apoyaba mi deseo no había dinero para llevarlo a cabo. Todas esas voces me decían que no, todas daban razones para que renunciara a mi sueño, todas tenían una explicación por la cual no debía hacer eso, pero mi corazón me decía otra cosa y al final hice a un lado todo ese ruido y escuche mi corazón y pidiendo prestado un cuatro empecé a tocar hasta que aprendí. Con el paso de los años aquellos que me dijeron que no,  me invitaban a sus casas para que tocara con mi cuatro el feliz cumpleaños. Entre tanto ruido, entre tantos que no creen en ti debes aprender a escuchar la voz de tu corazón, ya decidiste, ya lograste sobreponerte a las caídas entonces escucha la voz de tu corazón pues ahí habita Dios. No te dejes llevar por el ruido del mundo, ese ruido esconde la voz del mal. Escucha la voz de tu corazón y así nunca te rendirás 




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