miércoles, 6 de julio de 2016

EL PEQUEÑO ESTANQUE. cuento



EL PEQUEÑO ESTANQUE

Tras unos fuertes  aguaceros, por toda la sabana se formaron pequeños estanques que muy pronto se llenaron de vida, insectos pequeños, ranas y renacuajos e incluso aves y mamíferos pequeños llegaban hasta él pero, para disfrutarla frescura de sus aguas.
Conforme fue pasando el tiempo, el pequeño estanque se torno engreído, se creía mejor que los demás y se alegraba cada vez que marcaba una distancia entre él y los otros pequeños estanques pues según el nadie tenía ni la importancia ni la presencia que el.
Cierto día un viejo morrocoy  se acercó hasta él y le dijo:

-         Hola pequeño estanque, la temporada de sequia se acerca y los otros estanques y yo queremos saber si quisieras que construyésemos un pequeño canal que los comunique a todos ustedes con el gran rio para que puedan tener el agua suficiente para sobre vivir la estación seca
-         La verdad que agradezco su ofrecimiento, pero no creo que necesite de nadie, Dios me ha dotado del agua suficiente para sobre vivir cualquier cosa. Dijo de manera engreída.
El viejo morrocoy que había vivido lo suficiente para saber que aquello era una completa tontería, volvió a insistir
-         Pequeño, yo he vivido muchos años en esta llanura inmensa y te puedo decir que de la misma manera en que el agua llena cada rincón en invierno del mismo modo el sol saca toda la humedad en verano, si no recibes agua del rio lo más seguro es que te seques por completo y mueras de sed.
-         Le agradezco su ofrecimiento en verdad, pero creo que soy lo bastante auto suficiente como para saber cómo sobre vivir, dijo el estanque aun mas soberbio.
-         Está bien dijo el morrocoy y con sus pesados pasos se marchó.
A medida que pasaban los días, el calor fue aumentando, y el pequeño estanque notaba como el sol,  y los animalitos poco a poco iban disminuyendo la cantidad de agua que tenia, y lo más duro era que no podía hacer nada para evitarlo.
El viejo morrocoy había pasado en más de una oportunidad cerca de ahí esperando, que el estanque lo llamara pidiendo ayuda, pero este no lo hacía, al principio porque estaba convencido de que no necesitaba ninguna ayuda y luego porque tenía vergüenza de aceptar que se había equivocado 

Semana a semana el tamaño del estanque se fue reduciendo hasta quedar convertido en un pequeño charco lleno de renacuajos que peleaban por sus vidas, estando en tan precaria situación el estanque se dio cuenta de que realmente el morrocoy tenía razón y que no podía luchar solo contra el verano, pero ya era muy tarde para hacer algo, la muerte le sonreía no solo a él sino a los renacuajos que habían habitado sus aguas
De pronto escucho el crujir de la tierra y vio una estela de polvo que se acercaba hasta el
-          Es la muerte que viene a buscarme gritó lleno de terror sin poder hacer nada
Entonces sintió como una de sus riveras era perforada y cerró los ojos para no ver su propio fin.

De entre los escombros salieron dos cachicamos bañados de tierra, subieron la cabeza y saludaron al estanque, pero él no los vio porque el susto no lo dejaba. Luego le hicieron una seña al ruiseñor que estaba cerca de ahí y este llevo la noticia hasta las orillas del rio, entonces el morrocoy dio la seña y las babas quitaron el tapón que habían hecho con sus patas y el agua empezó a fluir por el surco que había abierto los cachicamos y en pocos minutos el estanque sintió como el agua le daba vida nueva.

En la vida hay que saber que no se puede aprender si antes no se acepta con humildad que se carece de conocimiento, hay muchas personas que por sus estudios, por sus años de vida o simplemente por sus experiencias vividas pueden enseñarnos muchas cosa, pero tenemos que ser lo suficientemente mansos para asumir que carecemos de  algunas cosas.
En este mundo agitado en el que vivimos, con tantos avances tecnológicos es imposible saberlo todo, diariamente necesitamos aprender cosas nuevas que nos permitan desenvolvernos adaptarnos y sobre vivir, no podemos ser un charco aislado debemos abrir nuestras fronteras a nuevos conocimientos aunque esto implique reconocer que somos ignorantes de muchas cosas.
Aprender es entonces un acto de humildad donde abrimos el corazón y la mente al otro para llenarnos de su sabiduría y comunicarles la nuestra porque ni el más grande maestro sabe todo de todo. Acepta a tiempo que no lo sabes todo y podrás llenarte de sabiduría, apresúrate no vaya a ser que por soberbia tu estanque se seque.
Diac Rafael marin



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