EL PEQUEÑO ESTANQUE
Tras unos fuertes
aguaceros, por toda la sabana se formaron pequeños estanques que muy
pronto se llenaron de vida, insectos pequeños, ranas y renacuajos e incluso
aves y mamíferos pequeños llegaban hasta él pero, para disfrutarla frescura de
sus aguas.
Conforme fue pasando el tiempo, el pequeño estanque se
torno engreído, se creía mejor que los demás y se alegraba cada vez que marcaba
una distancia entre él y los otros pequeños estanques pues según el nadie tenía
ni la importancia ni la presencia que el.
Cierto día un viejo morrocoy se
acercó hasta él y le dijo:
-
Hola pequeño estanque, la
temporada de sequia se acerca y los otros estanques y yo queremos saber si
quisieras que construyésemos un pequeño canal que los comunique a todos ustedes
con el gran rio para que puedan tener el agua suficiente para sobre vivir la
estación seca
-
La verdad que agradezco su
ofrecimiento, pero no creo que necesite de nadie, Dios me ha dotado del agua
suficiente para sobre vivir cualquier cosa. Dijo de manera engreída.
El viejo morrocoy que había vivido lo suficiente para
saber que aquello era una completa tontería, volvió a insistir
-
Pequeño, yo he vivido muchos años
en esta llanura inmensa y te puedo decir que de la misma manera en que el agua
llena cada rincón en invierno del mismo modo el sol saca toda la humedad en
verano, si no recibes agua del rio lo más seguro es que te seques por completo
y mueras de sed.
-
Le agradezco su ofrecimiento en
verdad, pero creo que soy lo bastante auto suficiente como para saber cómo
sobre vivir, dijo el estanque aun mas soberbio.
-
Está bien dijo el morrocoy y con
sus pesados pasos se marchó.
A medida que pasaban los días, el calor fue
aumentando, y el pequeño estanque notaba como el sol, y los animalitos poco a poco iban
disminuyendo la cantidad de agua que tenia, y lo más duro era que no podía
hacer nada para evitarlo.
El viejo morrocoy había pasado en más de una
oportunidad cerca de ahí esperando, que el estanque lo llamara pidiendo ayuda,
pero este no lo hacía, al principio porque estaba convencido de que no
necesitaba ninguna ayuda y luego porque tenía vergüenza de aceptar que se había
equivocado
Semana a semana el tamaño del estanque se fue
reduciendo hasta quedar convertido en un pequeño charco lleno de renacuajos que
peleaban por sus vidas, estando en tan precaria situación el estanque se dio cuenta
de que realmente el morrocoy tenía razón y que no podía luchar solo contra el
verano, pero ya era muy tarde para hacer algo, la muerte le sonreía no solo a él
sino a los renacuajos que habían habitado sus aguas
De pronto escucho el crujir de la tierra y vio una
estela de polvo que se acercaba hasta el
-
Es la muerte que viene a buscarme
gritó lleno de terror sin poder hacer nada
Entonces sintió como una de sus riveras era perforada
y cerró los ojos para no ver su propio fin.
De entre los escombros salieron dos cachicamos bañados de tierra,
subieron la cabeza y saludaron al estanque, pero él no los vio porque el susto
no lo dejaba. Luego le hicieron una seña al ruiseñor que estaba cerca de ahí y
este llevo la noticia hasta las orillas del rio, entonces el morrocoy dio la
seña y las babas quitaron el tapón que habían hecho con sus patas y el agua
empezó a fluir por el surco que había abierto los cachicamos y en pocos minutos
el estanque sintió como el agua le daba vida nueva.
En
la vida hay que saber que no se puede aprender si antes no se acepta con
humildad que se carece de conocimiento, hay muchas personas que por sus
estudios, por sus años de vida o simplemente por sus experiencias vividas
pueden enseñarnos muchas cosa, pero tenemos que ser lo suficientemente mansos
para asumir que carecemos de algunas
cosas.
En
este mundo agitado en el que vivimos, con tantos avances tecnológicos es
imposible saberlo todo, diariamente necesitamos aprender cosas nuevas que nos
permitan desenvolvernos adaptarnos y sobre vivir, no podemos ser un charco
aislado debemos abrir nuestras fronteras a nuevos conocimientos aunque esto
implique reconocer que somos ignorantes de muchas cosas.
Aprender
es entonces un acto de humildad donde abrimos el corazón y la mente al otro
para llenarnos de su sabiduría y comunicarles la nuestra porque ni el más
grande maestro sabe todo de todo. Acepta a tiempo que no lo sabes todo y podrás
llenarte de sabiduría, apresúrate no vaya a ser que por soberbia tu estanque se
seque.
Diac Rafael marin
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