4 Consejos para fortalecer las relaciones con
los seres queridos
Nuestras
relaciones son como los jardines de nuestras casas, cada uno cual buen
jardinero se encarga de buscar las mejores plantas, las flores mas lindas y con
ellas llena el jardín, con el tiempo nos damos cuenta que sin darnos
cuenta la malezas llenaron el espacio entre nuestras plantas, les quitaron el
espacio, el aire y el agua, y ahora las asfixian y amenazan con quitarles la
vida. Cada uno de nosotros como seres humanos disfrutamos de la compañía de los
demás, Nos gusta sentirnos queridos, amados, comprendidos y aceptados. Por eso
tenemos pareja, nos rodeamos de amigos, concebimos hijos, y convivimos cerca de
familiares. Siempre Queremos ser parte del grupo. Nos gusta que las relaciones
personales y de amistad que tenemos siempre marchen bien pero; no siempre lo
logramos, cometemos errores. Nos equivocamos, juzgamos mal, metemos la pata, en
fin se nos sale lo humano, el jardín de nuestra vida se llena de malas hierbas.
¿Cómo lograr que nuestras relaciones se aviven? ¿Cómo quitar las malezas del
jardín de nuestras relaciones? ¿Cómo hacer que no solo mejoren sino que además
empiecen a florecer para que pueda dar frutos? He aquí cuatro ideas
importantes.
1. Arranca la maleza, quita lo que estorbe, corta lo que este dañado.
Arrancar,
quitar y cortar, tres verbos que tienen algo en común: requieren de esfuerzo.
Para que tu relación mejore y se fortalezca, ya sea con tu pareja, con tus
amigos con tus hijos etc. Es necesario que te esfuerces, nada mejorara mientras
sigas de brazos cruzados y haciéndote de la vista gorda. Cuando abundan las
palabras hirientes, la falta de tacto, el desinterés y la lejanía entre tú y el
otro o los otros, es porque has permitido que muchas otras cosas se interpongan
en medio. Haz dejado que la maleza crezca y si no haces algo al final solo
quedara el recuerdo de lo que un día fue algo hermoso. Tienes que arrancar todo
aquello que no sea bueno para tu relación pero no arrancarlo en el jardín del
vecino sino en tu propio jardín. A veces aun entre los que decimos amarnos
terminamos lanzándonos piedras, una mirada de desconfianza, una sonrisa
burlona, un desconfianza, un grito y otras piedras mas van cayendo en nuestro
jardín, y estropean nuestra relación tienes que quitar lo que estorbe, lo que
te impida llegar hasta el otro, lo que los está separando, lo que está causando
la lejanía pues si no el verdor va a ser sustituido por el gris y la alegría se
perderá. Asume que has cometido errores, asume que has lanzado más de una
piedra, que has herido maltratado o insultado aunque sea entre líneas quita las
piedras de tu jardín mientras sea posible. Las enredaderas ahogan las plantas
con facilidad y lo mismo pasa en nuestras relaciones terminamos metiéndonos en
enredos sin fin por no decir las cosas como son cuando son y a quienes son. El
cotilleo mata las relaciones. (Hablamos demás con quien no debemos) Si sientes
algo sobre alguien díselo a él no a otro, convérsalo con él, no con otros.
Corta de raíz los malos entendidos, corta diciendo si cuando sea si y no cuando
sea no. Solo así tu jardín y tu relación se verán libres de malezas y de
basura.
2. Afloja la tierra para que se oxigene
La base de
toda relación es la confianza, cuando esta se va diluyendo la relación poco a
poco se va dañando, hasta que puede llegar a morir. La desconfianza endurece el
corazón e imposibilita el crecimiento de brotes nuevos. Para que toda relación
mejores es necesario que la tierra endurecida por la desconfianza sea aflojada,
deje de ser rígida y empiece a suavizarse. Para que un corazón deje de estar
como piedra y se vuelva mullido es necesario restablecer la confianza, se trata
entonces de crear puentes nuevos de comunicación que nos permitan mejorar lo
que antes habíamos dañado. Reconocer que se ha cometido un error es el
principio pero no es suficiente, ya quitaste la maleza, ahora mueve la tierra,
ablándala no temas ensuciarte las manos. No temas reconocer que es necesario
reemprender con nuevos ánimos. Empieza a darle motivos al otro para creer en
ti, no importa de cuál de los dos fue la culpa de que la relación no marchara
como se esperara lo que importa es la intención clara de querer mejorar.
Ablandar la tierra es darle señales de cambio, que el otro note que te interesa
y que estas dispuesto a echarle ganas. Muéstrale que quieres y deseas mejorar
las cosas, no con palabras; sino con hechos, deja que tus actos hablen por ti,
que la fuerza de tu testimonio sea indetenible y así la tierra poco a poco se
irá ablandando. Ablandar es un proceso no de velocidad sino de paciencia, no de
resultados rápidos sino de resultados perdurables. Pues hasta el corazón mas
duro tarde o temprano reconoce el esfuerzo del otro. Pero, sin esfuerzo,
sin cambios, sin pruebas claras de querer hacerlo mejor, el terreno terminara
más duro que al principio y quizás sea tarde para intentarlo de nuevo.
3. Nútrelo, abónalo, aporca la raíz
A veces se
nos olvida que por más fértil que sea la tierra con el tiempo va perdiendo sus
nutrientes, y necesita ser abonado, lo mismo para con nuestras relaciones, por
más fértil que sea el amor que sientes hacia: tú pareja, tu hijo, tu amigo, tu
hermano. Debes saber que ese amor debe ser continuamente abonado, nutrido y
aporcado, para que no pierda la fertilidad inicial. El amor debe abonarse
continuamente, es necesario enriquecerlo no basta con sentirlo. Muchos dejamos
que nuestras relaciones se estropeen porque pensamos que por el mero hecho de
sentir amor hacia el otro el ya debe darse por pagado, es decir creemos que con
solo amarlos con “todas nuestras fuerzas” el será feliz, lo cierto es que
el amor que no se expresa es como que si no existiera, en otras palabras no es
suficientes con que sienta amor por el otro es necesario que se lo demuestres
constantemente ya que el otro no tiene una máquina de rayos equis para ver
dentro de tu corazón. No des por sentado que el otro sabe que lo amas, no des
por sentado que el otro entiende que ese esfuerzo que haces es por el tienes
que ser claro y mostrarle claramente que lo amas y que estas dispuesto
todo. Abonar el terreno es ser detallista, abonar el terreno es sorprender,
abonar el terreno es darle al otro lo que él necesita para ser feliz. Es
necesario que tu relación reciba nuevos nutrientes, si yo se que en el pasado
hubo buenos momentos y que recordarlos te hace latir el corazón, pero no es
suficiente, es necesario que agregues nuevos episodios, nuevas experiencias.
Sorpréndelo siendo cariñoso, ten un detalle especial, que note por tus pequeños
actos de amor todo lo que sientes por él. Abona el corazón con detallitos,
fortalece tu relación y tu jardín florecerá
4. Riégalo. Que la humedad inunde sus raíces
Las
relaciones humanas son imperfectas, porque los seres humanos también lo somos.
Por eso es común que nuestro jardín se llene de maleza o de piedras, que se
endurezca y que deje de ser fértil. Aun así hay una amenaza mayor y es la
sequía, el jardín necesita agua. En este caso las relaciones de parejas, o con
los hijos, o de amistad, o familiares, en fin todas y cada una de las
relaciones humanas necesitan la gracia que viene de arriba. El agua, la
humedad, eso que le falta a tu relación, ese toque para hacer que adquiera una
vitalidad nueva es Dios. Tu matrimonio necesita el agua viva que vine de Dios.
La relación con tus hijos también. Toda relación humana requiere la
gracia que viene de Dios pues solo él puede hacer reverdecer tu jardín. Dios es
relación, es padre, es hijo, es espíritu Santo y es uno. Ellos conviven
en una relación perfecta se aman, se entienden, se ayudan, en ellos no hay
división ni oposición, ellos son felices. Por lo tanto para que tu relación
suba a niveles que ni siquiera has soñado debes regar tu relación con el agua
viva que es Dios. Orar por el otro es la clave. A veces peleamos, discutimos,
agredimos, juzgamos al otro pero no oramos por él. Hay cosas tan profundas en
el corazón humano que solo Dios es capaz de entender, por eso solo con su ayuda
podemos crecer en nuestras relaciones. Orar por quien amas es más que un acto
de fe, es una muestra profunda de que te interesa el otro. Orar es regar, la
oración es la lluvia que cae del cielo y hace fértil la tierra. Es más fácil
sacar las malezas si ha llovido, es más fácil aflojar la tierra si ha llovido,
es más fácil poner abono si ha llovido. Y de esa misma manera es más fácil
sanar una relación cuando se ora, es más fácil perdonar cuando se ora, es más
fácil ser detallista cuando se ora. La oración no lo es todo pero es mucho.
Arranca,
afloja, nutre pero no dejes de regar.
Esfuérzate,
da motivos, sé detallista pero no dejes de orar
Nunca
dejes de orar por quienes amas
Nunca
dejes de amar a esos por lo que oras
Dios te
bendiga
Diac RAFA
Muy bueno Rafa Dios te siga llenando de sabiduria
ResponderEliminargracias a ti por leer y mas aun por comentar... Dios te bendiga mi pana
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