martes, 10 de mayo de 2016

NO TEMAS CAER




¡No temas caer!; teme no querer levantarte
¡No temas fallar!; teme no aprender de tus errores
¡No temas morir! teme vivir sin tener un motivo que te impulse día tras día
La santidad no consiste en nunca haber caído sino en haber aprendido levantarse tras las caídas
Las personas que se esfuerzan por vivir amando, por seguir luchando, por seguir adelante, esas serán plenamente felices. 



No somos seres perfectos, ningún ser humano lo es, somos hijos de personas imperfectas, con vidas imperfectas que nos educaron imperfectamente. No, no somos perfectos, pero somos perfectibles, es decir; podemos ir aprendiendo, podemos crecer, podemos mejorar, podemos cambiar e ir superándonos día con día, esa es la verdadera grandeza del ser humano. 


Al nacer no podíamos valernos por nosotros mismos, necesitamos de la ayuda, la compañía y los cuidados de alguien, (mama, papa, tío, tía, abuelo, abuela, etc.) pero al ir creciendo poco a poco, se va conquistando la independencia. Esa es nuestra esencia, el luchar por ser más de lo que hemos sido, siempre ir adelante.


Sin embargo como seres imperfectos, el error forma parte de nuestra vida, “es de humanos errar” es de humanos equivocarse.  Al ser seres dotados de inteligencia más que de instintos tenemos que aprender para ser lo que queremos. Si deseamos podemos ser ingenieros, doctores o abogados, pero debemos aprender a serlo, tenemos la capacidad, pero debemos aprender y en ese proceso de aprendizaje, de crecimiento seguramente conoceremos el error, las caídas, las metidas de pata, pero sin esos errores que nos digan cómo no se deben hacer las cosas sería muy difícil aprender, el error nos avisa que debemos ser más atentos y cuidadosos, el error nos recuerda que no debemos bajar la guardia, el error nos insta a superarnos a nosotros mismos.
No debemos vivir con miedo a caer, a errar, nuestro mayor miedo ha de ser no aprender de nuestros errores, no superarlos, no encontrar la manera de vencerlos, si decides temerle a algo, no temas al error, teme al no querer afrontar nuevos retos, teme  quedarte estancando pues ese si es un verdadero fracaso. Debemos aprender a levantarnos tras nuestras caídas, debemos aprender a salir adelante aun cuando hayamos ciado en tentaciones, debemos superarnos cada día para poder ser vencedores. 
Vivir es luchar constantemente, nuestro cuerpo batalla a diario contra las enfermedades, contra las dolencias, contra los virus, nuestro sistema inmune siempre tiene un enemigo del cual defenderse, así mismo nosotros debemos estar siempre atentos, pues los ataques nunca cesaran, cuando niños teníamos problemas propios de los niños, y al ir creciendo también van creciendo los problemas, los retos, las amenazas, por eso es importante ir superándonos a nosotros mismos, la meta que alcanzas hoy no debe hacerte bajar la guardia pensando que ya conseguiste todo lo que soñabas, la meta que alcanzas hoy debe impulsarte por una meta mayor por un sueño mas grande. 
Debemos luchar por superarnos a nosotros mimos esa es la motivación más grande que debemos tener, no se trata de pisotear a los demás, ni de imponernos sobre ellos, se trata de librar una batalla épica contra nuestros propios miedos, debilidades, complejos y dolores; y al final salir victoriosos, si  logramos superarnos no habrá nada que no podamos vencer. 
La santidad no es no haber caído nunca, no es no haber experimentado el dolor, el error, la caída, el pecado, la santidad es lograr levantarse a pesar de todo ello, es encontrar las fuerzas para levantarse de cada caída, es saber buscar la salida cuando nos hayamos perdidos, es reconocer el límite de nuestras fuerzas y acudir a aquel que es más fuerte que nosotros, es reconocer que somos humanos y pedir perdón de nuestros errores, es saber que aquel que venció  la muerte nos dará la fuerza para que podamos vencer cualquier obstáculo.
En definitiva aunque el error es humano, la superación también lo es, y la felicidad se alcanza cuando comprendemos que aun después del error, después de las caídas y después de los golpes podemos seguir andando, podemos seguir luchando y que esa lucha constante contra nosotros mismos contra nuestras imperfecciones es los que tarde o temprano nos alcanzara la santidad


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