¡AVANZAR!

¡AVANZAR!

Ser cristiano,

Es un compromiso ineludible hacia la superación. Soy cristiano. Por lo mismo, no puedo negarme a superarme. No, no puedo.

Es deber mío frente  Dios, frente mi familia, frente a mis amigos y frente a la comunidad en que vivo, reafirmar mi fe cada día en todos y cada uno de mis actos, enrumbados hacia la superación.

Ante mí, el camino se presenta arduo pero con Dios de mi lado  no son imposibles de vencer.
No hay escapes laterales, ni modo de retroceder.

No, no lo los hay Sólo hay una alternativa cierta: ¡AVANZAR!

Sé que a veces me siento pequeño. Siento que mis fuerzas me abandonan. Siento que por más que me esfuerce hay cosas terminan tumbándome al piso, lucho, lucho por levantarme gasto mis fuerzas en ello pero no puedo, hay situaciones que me superan, que me hacen sentir débil, pequeño, incapaz, entonces quiero ser bueno, quiero hacer cosas maravillosas, quiero salir adelante, pero mi humanidad me golpea nuevamente, y vuelvo a caer al suelo, busco motivos para sonreír y me asaltan las lagrimas, busco dentro de mi razones para seguir y solo encuentro vacio, soledad, silencio, llanto…

Entonces en medio de la soledad, del desaliento, de las lágrimas, de las mil y un razones que me tienen por el suelo levanto mis manos al cielo, levanto mis manos hacia ti Señor y Dios mío. Y es ahí cuando siento tu mano posarse sobre mi hombro, tu santa mano, frente a mí, justo frente a mí, incitándome a levantarme, a ponerme de pie, y aunque sé que no tengo fuerzas puedo sentir como tu poder me levanta, y aunque sé que mi pecado quiere encadenarme al suelo, a la basura, a la inmundicia, se que tu misericordia y tu gracia me levantan, entonces me abrazo a ti, y descubro que eres tú mi fortaleza, me abrazo a ti y descubro que eres tu mi salvador.

Te miro y me sonríes, y esa sonrisa tuya seca mis lagrimas y entones te pregunto:

¿Por qué me habías abandonado?

¿Por qué me dejaste solo cuando más te necesitaba?

Entonces siento que me abrazas, siento tu calor, y escucho tu corazón palpitar, y tu corazón le habla a mi corazón y entiendo por fin que nunca me has dejado, nunca me has abandonado, siempre estuviste aquí en mi corazón, era tu amor lo que lo hacía palpitar mi corazón, entonces me embarga la alegría, Estas aquí, aquí conmigo, estas aquí, aquí a mi lado, estas aquí, tú nunca me has dejado. Esa es mi alegría, esa es mi fortaleza, esa es la certeza más grande que tengo. Saber que pase lo que pase, que haga lo que haga TU SIEMPRE ESTARAS CONMIGO.

Y sigo adelante consciente de que habrán muchas otras situaciones difíciles, y sé que quizás me tumben pero ahora camino con fuerza y esperanza porque TU SEÑOR JESÚS CAMINAS CONMIGO Y CONTIGO PUEDO AVANZAR