La araña teje su
red y se queda esperando a que los insectos caigan en ella, es un
depredador cuya arma mortal no es solo
el veneno que tienen sus colmillos, ni los pegajosos hilos con los que teje su
red, su verdadera arma mortal es la paciencia. Una vez hubo terminado su red se
sienta y espera pues sabe que tarde o temprano un insecto incauto,
desprevenido, distraído, y apresurado se tropezara con su red y entonces será
suyo y podrá alimentarse.
En nuestra vida
pasa igual el demonio, el tentador constantemente teje su red a nuestro
alrededor, cada hilo es una tentación, nos coloca cosas que despiertan nuestros
sentidos, que llaman nuestra atención, como al fruto prohibido los hace ver
hermosos, deliciosos y provocativos aunque realmente nos llevan a la muerte. Y
es que toda tentación esconde dolor, miedo, angustia y pena bajo una promesa de
felicidad. De este modo cuando salimos a la calle desde nuestro primer paso ya
el demonio ha tejido su red de tentaciones a nuestro alrededor.
El demonio no
puede hacer que caigamos en ella, por más que lo desee su trabajo se limita a
tejer la red, a seducirnos, si alguna vez hemos caído no se debe a que el vino
tras nosotros sino a que nosotros nos dejamos deslumbrar por la tentación y
terminamos envueltos en su maraña de mentiras.
La ingenuidad es
la primera debilidad que nos hace caer. En muchas ocasiones llegan situaciones
que nos ofrecen la felicidad, el placer, el dinero, y la grandeza de una forma
que parece demasiado fácil para ser verdad; y en la mayoría de los casos todas
estas cosas que parecen demasiado buenas para ser ciertas es que realmente no
son ciertas, lo único cierto es que no son verdad que son una mentira, un
engaño, una ilusión. Pero se ve tan fácil que ingenuamente caemos, para evitar
caer debemos dejar de ser ingenuos. Las cosas que realmente valen en la vida
llevan trabajo, esfuerzo y dedicación. Podemos hacer trampa para pasar un
examen, pero lo importante no es pasar sino aprender. Las imitaciones solo
aparentan ser como los originales y las apariencias engañan. No todo lo que
brilla es oro. No porque se vea bien quiere decir que está bien. Para no pecar
de ingenuo pregunta, averigua, no des por sentado todo lo que ves, lo que oyes,
lo que lees.
Tenemos que estar
atentos, pues los desprevenidos son presa fácil de la red, no podemos andar
pensando: “nada de eso me puede pasar a mi” sino mas bien hay que estar
despabilados y caminar con los ojos bien abiertos, la tentación no será algo
que te asuste como en las historias de terror, sino mas bien será algo tan
delicioso, tan bello y suculento que te hará creer que es bueno, que es normal,
que no hay nada malo en ello. Y es ahí donde caemos en la red. Abre los ojos estate
atento, no te dejes deslumbrar.
Las distracciones
también nos hacen presa fácil, pueden ser tantas las cosas que nos distraen que
debemos concentrarnos, enfocarnos saber bien hacia dónde vamos, cual e la meta
que perseguimos, pues si no lo hacemos podemos desviarnos fácilmente del
camino. Para ello hay que tener bien claro que es lo que buscas, que es lo que
quieres, que es lo que persigues y lanzarte en pos de esto, las distracciones
solo buscan alejarte tanto de tus metas, de tus sueños, que ya no sepas para
dónde vas y termines perdido y una oveja perdida es presa fácil. Concéntrate,
esa es la forma más sencilla de vencer las tentaciones.
Finalmente no te
apresures, todo lleva su tiempo, todo necesita pasar por un proceso para quedar
listo, los atajos no son más que mentiras que aparecen en nuestro camino para
desviarnos, vive cada etapa de tu vida con la paciencia necesaria, un niño no necesita
apresurarse para ser adulto, al final si espera con paciencia tarde o temprano
lo será, de nada nos sirve andar intentando apresurar las cosas, por más que
golpees una mango verde para que se ablande nunca estará maduro solo estará
golpeado. La prisa hace que seamos descuidados y eso nos hace caer en la red.
No caigas en las
redes del demonio, se astuto, mantén los ojos abiertos, te paciencia, sigue luchando pero por sobre todo ora, ora
con intensidad para que no caigas en tentación, pídele al maestro que guie tus
pasos, dele a Jesús que se faro en tu
camino, que sea al semáforo que te indique cuando avanzar cuando estar alerta y
cuando proseguir. Y si por alguna causa caes pide perdón, levántate y sigue
luchando. No naciste para ser presa del demonio sino para ser ciudadano de
cielo, que nada detenga tu camino al reino que Jesús ha preparado para ti.
La araña teje y espera que cualquier
insecto incauto caiga en sus redes no sale a cazar
Solo se sienta y espera
Así mismo el mal te pone tentaciones
trampas y engaños y espera que caigas en ellas
Se astuto y aléjate a toda prisa de
sus redes
Y di a Dios:
No me dejes caer en tentación.
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