Cambiar es algo común
en los seres vivos, la semilla se convierte en planta, el agua del río se
transforma en mar, las nubes caen como
lluvia. Todo está en movimiento a nuestro alrededor, nada es igual que ayer,
Dios mismo se encarga de dibujar un paisaje nuevo en el cielo a cada instante
solo para deleitar nuestra vista. Nada detiene la marcha que el Señor inicio al
crear el mundo.
La
vida está constante cambio, de ahí que, es necesario que nosotros también
cambiemos aquellas cosas que no nos permiten
avanzar. Aquellas que nos hunden en el dolor, en el pecado y que nos dejan
atado a un pasado que ya nunca más regresará.
Nadie te conoce mejor que tú mismo y aquel
quien te creó, así que atrévete a lanzarte en la aventura de cambiar.
No se
trata de que dejes de ser tú mismo; si no que seas un Tú mucho mejor, que ame
mas, que se esfuerce mas, que comparta mas, que alegre al mundo con su
presencia para que todos al verte sepan que Dios vive y que tú eres su imagen y
semejanza.
Seguramente hay cosas de ti que debes
cambiar pero, no temas que Dios con su palabra, sus sacramentos y su amor te
ayudara a dar el paso que necesitas. Él desea, anhela y lucha por lograr cambios
significativos en tu vida.
No temas cambiar; teme quedarte estancado.
Dios cree en ti. Y si El cree en ti ¿quién eres tú para no creer en ti?
DIAC.
RAFAEL MARIN
Estamos en proceso de conversión y Dios solo aspira que continuemos y logramos ese cambio, ¿hay situaciones que van a desanimarnos?, si muchas, pero si Dios confía en mi para continuar pues yo debo CREER y continuar.
ResponderEliminarasi es amor.... hay que seguir adelante
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