El dolor es parte de
la vida. En nuestro caminar nos
encontraremos cosas que nos causaran dolor, pena tristeza o angustia. El
sufrimiento es natural, lo que no es natural es permanecer atados a situaciones
y cosas que nos generen ese dolor.
Cuando el cuerpo siente que está en riesgo,
produce sensaciones dolorosas que nos advierten del peligro en el que estamos;
de modo que si el pie pisa un clavo nuestro cuerpo nos dice a través del dolor
que debemos quitar el pie y el arco reflejo hace el resto.
En la vida Cristiana no es tan fácil. A
veces nuestros apegos nos llevan a permanecer en situaciones dolorosas. Nos
tropezamos con una piedra y en vez de dejarla a un lado y seguir adelante le
tomamos cariño y nos las llevamos a casa, nos causa dolor, nos hiere y aun así
cargamos con ella. Debemos de revisar en nuestro interior y darnos cuenta que
venimos cargando muchas cosas que nos generan dolor (malos recuerdos, rencores,
odios, rencillas, prejuicios etc.) y que es momento de dejarlas ir.
No te aferres al dolor. Entrégaselo a Dios
y él le dará sentido. Sufrir por sufrir es perder el tiempo. Sufrir en nombre
de Jesús trae redención liberación y paz.
Cristo para resucitar
debió pasar por la cruz, pero no se quedó en ella. El dolor es necesario para
purificarnos pero no debemos atarnos a sufrimiento, sino sobreponernos a él y
seguir adelante. Bienaventurados los que sufren pues serán consolados. Dios te
dará el consuelo que necesitas. Tú, sigue adelante
DIAC.
RAFAEL MARIN
es un poco dificil el mantenerse, pero no imposible, hay que seguir caminando sin desfallecer
ResponderEliminarasi es hay que seguir adelante
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