sábado, 23 de abril de 2016

PAR NO RENDIRSE



En nuestro caminar por la vida siempre encontramos piedras que dificultan nuestro andar, siempre hay situaciones que intentan  impedir que sigamos hacia adelante, un error, una caída, una herida, una enfermedad e incluso la misma muerte se nos ponen como obstáculos para poder avanzar.
    A veces tenemos tanto dolor por nuestro pasado, por las cosas que hemos dejado atrás que nos da miedo avanzar, a veces marchamos con heridas aun abiertas que siguen sangrando debilitándonos cada día y haciendo que nuestros sueños se vean cada vez más lejanos e imposibles de alcanzar; es entonces cuando debemos propiciar un cambio interior que nos ayude a levantarnos de esas situaciones que no nos permiten seguir y Jesús El Nazareno  de camino al calvario nos ayuda, nos motiva, nos enseña.
    Cuando a Jesús carga con el peso de la cruz el no la toma de mala manera,  sino que abrazándola la asume como la vía por la cual ha humanidad será redimida, de mismo modo cada uno de nosotros debe tomar la cruz del diario vivir, no con rabia, no con molestia sino con amor, si te toca salir de madrugada a trabajar por tu familia: abraza tu cruz con amor, si te toca hacer las labores del hogar diariamente: abraza tu cruz con amor, si te toca estudiar y construir un mejor futuro para ti y  los tuyos: abraza tu cruz con amor, si te toca sufrir la enfermedad propia o la de un familiar cercano: abraza tu cruz con amor: si la muerte de un ser querido ha tocado la puerta de tu casa: abraza tu cruz con amor. Pus solo abrazando la cruz, solo amándola y soportándola podrás seguir adelante.
    El peso de la cruz hizo que Jesús cayera al suelo, no una, ni dos, sino tres veces y de cada una de las caídas se levanto con mayor decisión, si bien las fuerzas de su cuerpo amainaban la determinación de su espíritu se hacía cada vez más grande, Jesús el Nazareno cae pero se levanta, sufre pero, no se queda en el sufrimiento sino que poniéndose de pie se lanza hacia delante para salvar la humanidad.
    En nuestra vida siempre tendremos caídas y recaídas, en pecados, en errores en egoísmos, en situaciones que nos alejan de Dios, pero es ahí cuando Jesús Nazareno debe estimularnos: está permitido caer lo que no está permitido es quedarnos en el suelo, si te has caído levante, si has recaído levántate otra vez, pero no te quedes en el suelo no te rindas pues Jesús no se rindió.

DIAC. RAFAEL MARIN

2 comentarios:

  1. excelente, Dios te bendiga y te siga usando para bien...

    ResponderEliminar
  2. que bueno que te haya gustado... esperamos tus comentarios

    ResponderEliminar